Cuando llamamos a nuestro perro por su nombre tenemos que tener muy claro en qué circunstancias debemos hacerlo ya que de no ser así podemos provocar el efecto contrario, que nuestro perro no acuda a la llamada.
Usar correctamente el nombre de nuestro perro va a ser esencial para que nos obedezca y también para que el vínculo que tenemos construido no se deteriore.
Antes de analizar las distintas situaciones en las que debemos o no usar el nombre de nuestro perro, tenemos que tener claro como hacerlo. Nunca diremos su nombre de forma repetitiva, hay que dejarle tiempo para que escuche, procese y reaccione.
Cuándo llamar por su nombre a mi perro
Para ofrecerle cualquier estímulo agradable: Siempre que la recompensa a la obediencia sea algo positivo podemos usar su nombre. Es decir, podemos llamar a nuestro perro por su nombre para ofrecerle caricias, premios en forma de comida, juego o cualquier estímulo positivo.
Cuando estés calmado, relajado y tranquilo: No debemos utilizar nunca el nombre de nuestro perro cuando nuestro estado anímico no sea el adecuado y podamos trasmitir sensaciones contrarias a las que queremos. Es decir, tenemos que estar tranquilos y relajados a la hora de dirigirnos por su nombre a nuestro perro y mostrar una expresión corporal relajada y tranquila.
Cuando quieras que realice una acción: Podemos utilizar su nombre para captar su atención para realizar alguna acción determinada. Esto se puede necesitar cuando hay más de un perro y así poder discriminar para quién es la orden. Pero recuerda que el tono tiene que ser el correcto y la acción que realice debe ser siempre premiada.
Cuándo NO llamar por su nombre a mi perro
Para llamarle la atención o regañarle: La mayoría de la gente tiene la tendencia de utilizar su nombre antes de la palabra NO. En la mayoría de los casos lo hacen sin ninguna mala intención sino para que el perro se entere de que es para él. Pero nada mas lejos de la reacción que provoca. Tenemos que partir de la base de que no debemos regañar ni utilizar la negación con connotaciones negativas, pero en caso de que se haga, desde luego nunca debe de ir acompañado de su nombre ya que así lo que provocamos es añadir connotaciones negativas a la llamada. Esto va a provocar que cuando queramos usar su nombre para algo bueno tampoco nos obedezca.
Cuando esté en situación de estrés o miedo: Si nuestro perro se encuentra en una situación de estrés o miedo, no debemos llamarle por su nombre ya que, al igual que en el caso anterior cargamos la palabra de connotaciones negativas, de estrés y miedos. Debemos sacarle de esa situación antes de hacer uso de su nombre.
Estas son las situaciones más comunes en las que si y no hay que usar el nombre de tu perro. Solamente hay que prestar un poco de atención a nuestros actos y nos iremos dando cuenta poco a poco de las veces que lo hacemos mal y podremos ir corrigiendo hasta que sin darnos cuenta cambiemos nuestros hábitos a unos más saludables y positivos para nuestro perro y para nuestra relación con ellos.